"PROFECÍAS" POR NATIONAL GEOGRAPHIC: LA SUPERSTICIÓN DE LA CIENCIA MATERIALISTA
Amigos, hermanos:Se ha emitido en estos días para toda Latinoamérica un programa llamado "Profecías" a través del canal de National Geographic, en el cual aparecen dos comunidades de nuestra red... pintadas de un modo un tanto negativo.
Sabemos que no se puede ser amigo de todo el mundo. Sabemos que todo es perfecto. Sabemos que esta nota no puede tener el alcance masivo que tiene la televisión. De todas maneras, no está de más hacer unas aclaraciones, tal vez como una cuestión de conciencia. Se enterará quien tenga que enterarse.
Todo comenzó cerca del último solsticio de verano, cuando alguien se contactó con la gente de la aldea jardín Tiempo de Brotar y de la aldea de paz Magos de Tollán pidiendo entrar con un equipo de filmación para registrar imágenes de esos espacios y hacer reportajes a sus habitantes. Las ganas de difundir un mensaje y de mostrar que otro modo de vida es posible nos llevaron a confiar en la sincronía y acceder a la propuesta.
Varios días estuvieron trabajando los miembros del equipo, entrevistando a cada habitante de las aldeas, haciendo tomas, compartiendo almuerzos y sobremesas. Es difícil de calcular la cantidad de horas, pero se llevaron mucho material rico en información, historias de vida y matices diversos, suficiente para llenar no uno sino diez programas muy jugosos. Una cosa nos llamaba la atención: en la manera de preguntar y de orientar las entrevistas se vislumbraba una persistente tendencia hacia lo mórbido, hacia lo catastrófico...
Al ver el programa todo se aclara: se trata de una producción orientada a desacreditar a las "supuestas profecías mayas", a José Argüelles y a cualquier referencia a lo que se conoce comúnmente como el cierre del ciclo.
Se muestran retazos de explicaciones de los aldeanos, retazos de ceremonias, todo bastante confuso e inconexo, seguidos siempre por la intervención esclarecedora de un representante de la ciencia moderna que desmitifica lo anterior y tranquiliza al espectador...¡un alivio entre tanta locura!...
Diremos que esos científicos e investigadores son honestos representantes de un sistema de creencias y que en ningún momento se expresan con mala fe ni animosidad en contra nuestra. Expresan lo que creen y lo hacen de la mejor manera que pueden. Son sinceros.
Quienes realizan la producción, en cambio, proceden con saña. Cuentan con suficiente material para exponer nuestra visión y sin embargo optan por ridiculizarla sin siquiera detenerse a tratar de comprenderla. Una actitud infantil y muy triste que consiste en reducir al ridículo aquello que no se comprende. Muy limitante también, porque de ese modo uno se cierra a lo nuevo y se resigna a transitar los caminos conocidos, una y otra vez... una y otra vez... . Y tal vez sea ese el mensaje subyacente para el espectador civilizado que, control remoto en mano, sigue el programa desde su living: "No te preocupes por entender, deja que nosotros te lo mostremos, tú sigue haciendo tu trabajo y nosotros haremos el nuestro. El mundo que estamos sosteniendo juntos es el correcto. Allá afuera hay unos locos que intentan salirse. ¡Mira que tontos son!."
Existe una superstición muy difundida en el mundo actual: consiste en creer y confiar ciegamente en la ciencia moderna. Para la ciencia materialista, solo es cierto lo que puede ser probado a todo el mundo. O sea: si algún hecho o fenómeno no puede ser probado a todos, la ciencia no lo avala. Por eso el científico moderno se apopya siempre en teorías (conjeturas, presunciones) y nunca en verdades firmes. El Big Bang, por ejemplo, es una teoría (no un hecho), al igual que el nacimiento de la civilización humana que nos cuentan en la universidad (esa que comienza hace 5000 años aproximadamente), al igual que "El Inconsciente" versión Sigmund Freud. Son todas teorías, más o menos difundidas, más o menos aceptadas... pero teorías al fin.
Gilbert Chesterton, el gran escritor inglés, expuso en "Ortodoxia" un argumento muy claro y muy contundente por su simpleza en favor de lo "sobrenatural". Si bien no coincidimos totalmente con su visión del mundo, reconocemos su enorme aporte al esclarecimiento del tema. Intentaremos contarlo en pocas palabras:
Suele pensarse que aquel que cree en lo que le dicen lo hace porque está cegado por algún dogma. Por ejemplo: si alguien (que no tiene antecedentes de mentiroso ni de fabulador) nos dice que acaba de ver un enano violeta debajo de la cama, se supone que lo más sensato sería mandarlo al psiquiatra para que vea qué es lo que le está pasando. Sin embargo, sabiendo que vivimos en un universo misterioso (lo cual es una verdad absoluta e irrefutable) y que realmente sabemos muy poco acerca de él, lo más imparcial, equilibrado y sensato sería creerle a nuestro amigo e ir a conocer al enano en lugar de ponernos a marcar el teléfono del psiquiatra. En realidad, si usted no le cree es porque existe una creencia que se lo impide. Es libre de no creer lo que le dice su amigo, por supuesto, pero en ese caso el dogmático es usted. Se aferra ciega y supersticiosamente a una creencia que dice: "los enanos violeta no existen".
Es entonces cuando entra en juego la "resonancia", esa vibración compartida que no puede ser probada a otros sino que debe ser experimentada en lo profundo del Ser. Y no por eso es menos verdadera o menos cierta que aquello que avala la "ciencia". Al contrario, es más real... más real y menos demostrable.
Tenemos hermanos en la ciudad, auténticos servidores de la luz, sabemos que todos los seres humanos tenemos sangre y huesos y que todos somos uno con la tierra, ese hermoso ser que nos cobija y nos nutre. No somos comunidades aisladas como se dice en "Profecías". Somos una red. Nuestra tarea en este tejido misterioso consiste en vivenciar y corroborar que otra vida es posible, que es más sano, más equilibrado y más bello vivir en ambientes naturales que en las ciudades.
Existe también la Ciencia Cósmica o Ciencia Sagrada que no está sujeta a los métodos de comprobación de la ciencia moderna. Simplemente ES. Quien quiera comprobar sus alcances debe aventurarse en lo desconocido y corroborarlos por sí mismo. No es una ciencia para espectadores sino para viajeros...
In lak ech (yo soy otro tú).
La cultura galáctica viene en paz.
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tienes toda la razón... fue muy triste emocionarse de esperar un programa de ese tamaño para ver que sólo se van a dedicar a desafiar y tildar de locos a los que están relacionados con la moda de las profecías 2012... y no lo digo únicamente por los simpatizantes del movimiento del calendario de las 13 lunas, sino por todos los demás puntos de vista que, uno a uno, son burlados y engañados para obtener el material necesario para su programucho (programa cucho)...
estoy de acuerdo contigo y lamento lo sucedido, aunque no debería sorprendernos,el mundo que algunos se han creado tambalea y harán lo posible por sostenerlo..luego me pregunto, a qué grupo económico y de poder benefecia manipular la información, y quiénes serían los beneficiados si esa misma información llegase sin filtros?un abrazo..In lak ech.