Amigos y hermanos mayas, les saludo y le envío este primer escrito, de un total de veinte, en lo que quiero hablar de cada sello, para cooperar en la conciencia individual y en la conciencia noosférica. Pido la paciencia para ir por cada uno sin olvidar que, de una u otra forma, igual de cada sello hay algo en cada una de nuestras cartas.
DRAGON ROJO
Ser un Dragón en la tierra es una disposición del alma, una disposición eterna para servir en el comienzo de los hechos, estar ahí, ser el que abre, tal vez no sepas mucho, tal vez no tengas todo, pero el deseo de estar ahí y de servir cuando se empieza es suficiente y es todo y si hay alguien que juzgue que es muy poco lo que puedes ofrecer para los que llegan, no lo dudes, es más que suficiente, lo que quieran ir más lejos agradecerán tu aporte que fue el inicio y que no fructificaría si no estuvieras tú allí, exactamente en donde estás.
A veces puede que tu aporte sea sólo una palabra o un pequeño gesto, a veces puede que tu aporte sea un todo singular y tremendo, no importa, la finalidad es la misma, no importa, lo que des será lo justo para que aquellos que te escuchen se conecten con esa parte propia que les abra las puertas de una vida que esperaban de hace rato se abriera, nadie viene a ti que no te reconozca, nadie sabrá agradecerte desde el alma si no ha llegado a ti porque eres tú quien puede en ese instante ser la persona justa para abrir la puerta, no temas y no dudes, ya no dudes más, siente que eres siempre una vasija llena de todo lo que sea necesario para iniciar el momento, permítete saber que has sido puesto, puesta en esta tierra para estar ahí con mesas servidas, con banquetes gigantes o minúsculos vasos de agua cuando la sed apremia, asume que eres tú la madre buena que a todos los hijos de la tierra les aguarda con tibiezas en la temporada helada o con refrescantes frutas o palabras cuando abrasa el fuego o la encendida voluntad atora.
Acepta tu bondad como una extendida mano que te identifica, acepta tu necesidad de ser atenta, de estar atento a la necesidad, acepta que es tu misión en esta tierra y ya no temas ni te sientas imperfecto o imperfecta, ni te sientas no merecedor de esta tan noble tarea en esta tierra y que nadie más haría como sabes hacerlo tú. Tampoco vayas obligando a todos a salir de la tinieblas, ni quieras que la tierra entera brille en una fiesta, debes aprender y reconocer que nada que suceda es malo, que todo cuanto pasa es parte de una historia propia y que de todas las maneras en que la vida pasa es la manara de hacerse uno la vida, no debes emprender tareas que reviertan lo que algunos se construyen como únicas maneras de crecer en esta tierra, no quieras ser el mártir que se auto sacrifica en pos del resto sin que el resto sepa y que tal vez ni quiera, no es fácil cuando se es una madre, dejar que el hijo que no cree que en esa dirección hallará un dolor, dejarle que le duela, pero eso también es un aporte, eso también es un inicio y no olvides que tu tarea sagrada de Dragón es estar en todo inicio y este tiene múltiples maneras, insospechadas maneras.
Confiar es la palabra que habrás de grabar en tu existencia, confiar en que lo que haces es lo que tenías que hacer, confiar en que lo dado es suficiente, que pudo ser tanto más pero que aquello que has dejado era exacto lo que debías dejar, confiar es la palabra que te falta cuando sabes quien eres, y aprenderla es la forma de dejar que haya vacíos que te apaguen las ganas, confiar en que la boca de tu vasija roja está abierta hacia el cielo y que será desde allá desde donde se replete de lo que habrás de dar mañana, si te miras podrás ver que todo cuanto has dado ni tú misma ni tú mismo lo juntaste, que estuvo ahí cuando hizo falta y que en mucho fue también como un regalo que a ti mismo y a ti misma te hizo bien.
Ser Dragón en esta tierra es una bendición para el planeta y saber que esto se es y que hay que ser consecuente con este llamado tan profundo de la tierra, que te brota de cada uno de los mínimos átomos y holones de tu ser, es cuestión entonces de dejarlo ser, de asumir la sagrada misión de ser un dios y una diosa, tranquilo, pausada, atento, dispuesta, una madre que como si fuera todo el planeta, esté ahí para que surja la respuesta, la oportunidad, las herramientas, las materias primas que inicien que los otros vayan a la vida que les llama. Y no te quedas, no te paras, no eres de esas madres que se entregan sin nada para sí y que un día dejan el planeta sin saberse ni quererse, ni reconocer que su valor es ser quienes son y no lo que hacían ni lo que los demás podrían decir de su ejercicio o de la que estuvo siempre en la oportunidad ajena y se creyó tan indispensable que cuando las oportunidades se acabaron, se le acabó también la fuerza de la vida y se dejó morir sin morirse, sólo para poder atraer a quienes otra vez le abrieran su corazón de mesas y mesas con manteles y ofrendas.
Ser un Dragón en esta tierra no es ser una ofrenda, es ser una ser activo, convencido, convencida, que está ahí cada vez, y cuando ya asume su sagrada misión en el universo, sabe que de sólo estar, de sólo permitir a su alma hablar, actuar, amar en definitiva, ya está, ya brilla en el rojo fulgor de la mañana que se inicia nueva y que siempre en nueva que nunca repitió ni repetirá una manera, una palabra, un silencio, un concierto, un poema, un abrazo, una presencia, porque siempre surgirá de la profunda vibración que bien conoce el Dragón, que conciente de su esencia, se deja relumbrar como un diamante cuando más le falta a la tierra; tranquila, tranquilo, no te desesperes, nada que hayas hecho ha sido inútil ni en vano y si así lo sabes, entonces sólo haz y no esperes, lo que debe reconfortarte siempre es que has hecho no lo que se ha devuelto en agradecimientos, premios o palabras que se lleva el viento, recuerda que tu esencia no es lo que te digan ni los pagos que recibas, si así fuera entonces no serías tú, serías solamente una presencia que los demás validan.
Y nada que hayas dado será algo distinto a lo que el receptor ya tenía, la maravillosa conexión que permite tu aporte es que tocas justo en el lugar en que se despierta la esencia, mira bien lo que esto significa, porque no eres entonces alguien que manipula o dirige, eres alguien que está en el momento justo en que la crisálida se abre y una mariposa vuela al cielo inmenso, más inmenso con ella, no será golondrina ni águila lo que de allí brotar, será sólo lo que cada ser sobre la tierra ha de ser y tú estuviste ahí, allí estarás, algo hiciste que fue exactamente lo necesario, entonces no te desesperes en torno a qué debes hacer, a cuánto o a cómo, deja sólo que tu propio ser emerja justo cuando brote del botón una flor nueva que por única vez brillará sobre la tierra.
Y no te quedes en la misma entrada de la vida, ve por todas, promueve nacimientos también en los umbrales de las otras vidas, en las órbitas de galaxias recién hechas, entre las montañas que recién se alzan, en los breves manantiales que recién se asoman y que tal vez sean los ríos que atraviesen de verde la tierra.
Benditos Dragones de la tierra, no están en el inicio ni al final, están siempre, estén siempre.
DRAGON RESONANTE ROJO
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