EL COMITE INTERNACIONAL DE LA BANDERA DE LA PAZ ONG-ONU, ENTREGA LA MEDALLA ROERICH AL MAESTRO JOSE ARGÜELLES EN EL AÑO 2009.
Hay momentos en la vida, que no quisiera uno olvidarlos nunca.
Este es el caso de la sencilla ceremonia, pero no por eso menos profunda y emotiva, de la entrega del más alto galardón del Comité Internacional de la Bandera de la Paz, ONG-ONU: la Medalla Roerich.
En esta ocasión se le otorgó a José Argüelles, ilustre conferencista, escritor, decodificador del Calendario Maya, creador del Encantamiento del sueño, Iniciador de la propuesta para celebrar el Día de la Tierra, desde 1970 y promotor de la Convergencia Armónica en 1987.
En fructífera labor ha dado a conocer mundialmente el Calendario Maya. Miles de seguidores lo admiran pero su sencillez es una de sus cualidades.
A la Ceremonia de entrega de la Medalla Roerich asistieron a petición suya unicamente amistades más íntimas, entre los que se encontraban su esposa Estephany, Alberto Ruz, Pedro y Sol Hernández, Luis Zavala, Jorge Mora, Gustavo Ochoa, Tiahega Ruge, Pilar Gallegos y Catalina Ortiz Monasterio.
Se celebró en el Oratorio o Asharam personal de la Dra. Alicia Rodríguez y empezó con una ceremonia indígena al son de los caracoles o atecocolli, que resonaban con toda su potencia.
Pedro Hernández fue el encargado de dirigir la plegaria a las 7 direcciones galácticas, mientras Sol, tocaba el tambor ceremonial.
Todo era respeto y paz.
La Dra. Alicia Rodríguez, en nombre del Comité Internacional del Comité Internacional dio la más cordial bienvenida a todos los presentes y procedió a entregarle a José Argüelles el máximo galardón: la Medalla Roerich.
Con la voz entrecortada y las lágrimas en los ojos, José dijo al recibir la medalla:
"Siento que este evento estaba programado hace miles de años".
Gran profundidad en sus palabras.
"Para mi, este es un momento culminante en mi vida, recibir el Reconocimiento de la Medalla Roerich ha sido un logro después de mucho tiempo en el recorrido de mi vida, de promover la Bandera de la Paz.
Comentó que cuando él tenía 6 años, ocurrió la terrible explosión d la bomba atómica en Hiroshima, y a pesar de ser apenas un niño, lloró muchas horas por ese suceso que quedó grabado indeleblemente en su corazón. Este lamentable hecho, fue lo que ocasionó esa apertura de conciencia a temprana edad sobre la necesidad de vivir y trabajar por la paz.
Años más tarde, en su época de profesor de Historia del Arte, cuando visitó el Museo Roerich y la Bandera de la Paz, pensó que esa era la medida adecuada para lograr la paz planetaria y decidió llevar a la Bandera en todas sus conferencias.
Así han pasado muchos años y siempre ha estado la Bandera de la Paz presente en todas sus charlas y Congresos.
Después de las palabras de José, Alicia Rodríguez dijo "El Credo a la Bandera de la Paz" escrito magistralmente por la Dra. Emma Godoy. Comentó que cuando la Dra. Godoy llegó a recibir La Bandera de la Paz el 21 de marzo de 1986, estaba paralítica, en una silla de ruedas.
Cuando Alicia estaba cerca para entregarle la Bandera de la Paz, sorpresivamente y como un milagro, Emma se levantó y dejó de estar paralítica durante el resto de su vida.
La Dra. Godoy, quedó tan impactada de la fuerza del Símbolo que fue capaz de ponerla en armonía en un instante y recuperar la salud, que quiso legar a la Humanidad un Credo a la Bandera de la Paz, para que viviendo su mensaje, podamos vivir en paz.
Al terminar de decirlo, José y Alicia, fundieron sus almas en un abrazo, que los unió por toda la eternidad.
La magia del momento, inundaba el lugar sagrado.
Al despedirse, José, mientras le daba un fraternal abrazo, le susurró:
"Alicia querida: somos hermanos por siempre", y Alicia le dijo:
"Efectivamente somos hermanos por siempre, pero no te contestaré con mis propias palabras, sino con las de la ilustre colaboradora del Pacto Roerich, Frances Grant, quien en una ocasión me escribió lo siguiente:
"Alicia, somos hermanas por siempre, en una Misión alentadora, hasta la victoria del espíritu humano".
Un abrazo en la luz para mi amado hermano cósmico: José Argüelles.
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